domingo, 6 de mayo de 2012

COSAS DE S.G.A.E.

Yo soy músico. Y tu no. Yo soy compositor (titulado) y tu no. Yo soy decente y tu “imputado”. Yo cinco cursos de solfeo, cinco de piano, cuatro de armonía tres de contrapunto y fuga, cuatro de composición, folcklore, historia de la música etc etc. Y en mi currículo entre otras menciones, Premio Nacional en Música de Cámara otorgado por Concurso Permanente de Composición Musical del Ministerio de Educación y Ciencia por la obra titulada CICLOS el 5 de Julio de 1977. Yo todo eso; y tu, elevado a la fama cogiendo Vivaldi y transformándolo en ruidito de moda electrónica. Posiblemente te acuerdes aún de lo que te contestó el gran músico que fue mi profesor de armonía, cuando le solicitaste que fuese tu profesor en esa materia, y te tuvo que decir que con tu nivel de ignorancia musical era imposible intentarlo. Claro que a ti, esas cosas de dan risa. Lo que mas me acongoja y me disgusta (con mayúsculas) es tener que pensar en la cantidad de cómplices rapaces y corruptos como tu, que has tenido que contar para crecer como uno de los peores cánceres en la corrupción generada bajo tu mando, en el seno de la desgraciada SGAE. SGAE la fundaron unos cuantos músicos capitaneados por el insigne compositor Ruperto Chapí, con el único objeto de controlar y distribuir los derechos de autor que generarían la interpretación pública (y lucrativa) de sus composiciones. Eso era todo. Y ahora, después de tantos gestores (Presidentes, consejeros, directores y otros pececillos) por los que la sociedad ha pasado, muchos corruptos también , aunque no tanto ¿donde hemos llegado? Yo ingresé en SGAE en 1949 mediante un examen (ligero) consistente en escribir un acompañamiento para una melodía dada, encerado en una habitación hasta terminarlo. Ahora ni tan siquiera es necesario saber donde se coloca la nota SOL en la clave de sol. Por eso muestro “imputado” ha podido disfrutar de tanto advenedizo ignorante (musicalmente hablando) para organizar la camarilla con la que ha maniobrado todos estos años, premiados con pingües beneficios en forma de derecho de autor, y que ahora, cuando les preguntan, son mas suecos que el mismo rey de Suecia. Poca gente sabe, y es curioso, que durante un tiempo en que tu con tu desconocido bagaje intelectual amén del musical eras el dictador presidente de SGAE, para la misma función el presidente de la sociedad francesa SACEM poseía un doctorado en Derecho y además era concertista de flauta travesera. Curiosa comparación. ¿no?. La verdad es que resulta bastante repugnante revolver en esta basura. Sin duda. Pero aún me queda algo importante que puedo contar, y que en realidad es la clave del comienzo de un era tan nefasta para SGAE como la que ha sufrido con este señor. Creo que es mas “elegante” no dar nombres, (aunque podría, y si hay que darlos se dan9) y lo interesante es la anécdota cuando es verdadera. Hace muchos años, cuando en España pasábamos del antiguo régimen franquista a la democracia, un cierto señor que fue muy amigo mío y que respeto mucho por su inteligencia, me cono lo que dicho que fue la clave del “reinado” del imputado. El, mi amigo, ya era entonces con todo derecho consejero de la Sociedad de Autores, y disfrutaba de mucho peso; porque ademas de ser inteligente como ya he dicho, y buen músico, también tenía el don de la política y de la mano izquierda. Por cierto, de izquierdas. Así que cuando me contó que en la elección de nuevo presidente de SGAE habían pensado y decidido en petit comité que este no tendría que ser ni de derechas ni comunista. Así pues, socialista. ¿Y quien?. Resuelto. Sería el “imputado”, hombre dispuesto a las nuevas consignas. El único problema que existía era que no tenía carnet del partido. Así que le prepararon rápidamente uno, y con el olor de tinta fresca, se realizó la votación entre consejeros y votos mas o menos “negociados” y ¡Hala! Y tenemos presidente. Y duró aproximadamente como mandamás supremo algo así como el último dictador. Y doy fe. Y quien quiera que pregunte, no me echaré para atrás.

PARO

Se que soy un ingenuo, y me encanta. Así puedo seguir creyendo que existen los milagros. Incluso los de la bondad humana. Con poquitas esperanzas; pocas. Pero como no me cuesta nada, porque no arriesgar la etiqueta de iluso, y proponer algo que parezca posible. Me refiero y de eso quiero hablar al problema del paro laboral en nuestra patria, y de las posibles soluciones. Si somos cuarenta millones (pongamos veinte) con sentido común, por que no presentar veinte millones de sugerencias , y a lo mejor aparece alguna viable. Sobre todo, menos exigir y esperar del gobierno y si empezar tal como he dicho a proponer soluciones, que por lo menos palíen el problema. Mi ilusa proposición, (tengo una) es la siguiente. Empiezo por calcular que si podemos conseguir de cada uno de los veinte millones de seres racionales una cantidad equis: (cuanto mas mejor) pongamos el equivalente al precio de una buena comida en un buen restaurante, unos cuarenta euros, y lo multiplicamos por veinte millones, habremos conseguido ochocientos millones, que una vez cada mes multiplicado por doce: resultaría, mil novecientos sesenta millones cuatrocientos anuales. Naturalmente no todo el mundo podría desembolsar cuatrocientos ochenta euros al año. Pero poniendo mas los que mas tienen para compensar, sería factible. Después se cogería ese dinerito y se repartiría entre la gente que lo necesita para subsistir. Se que si alguien leyera esto, los epítetos de imbécil sobrepasarían en mucho a los de iluso pero humano. (!Bueno¡)